La alopecia femenina hoy cuenta con tratamiento propio, específico para el PFPP (Patrón Femenino de Pérdida de Pelo). IML, Instituto Médico Láser, la atiende en la Unidad de Alopecia Femenina, departamento de reciente creación, que está liderado por la Dra. Cristina Morante, tricóloga experta y profesora del Máster de Medicina Capilar y Trasplante de la Universidad de Alcalá de Henares.

Una mirada al PFPP (Patrón Femenino de Pérdida de Pelo), acontecimientos indeseados

El envejecimiento del folículo piloso o la caída de cabello lleva aparejados cambios en su estructura. Los más importantes atañen a la papila y a la matriz dérmica, que es donde se producen las células foliculares para formar el tallo.

Cuando comienzan a hacerlo más lentamente es porque dejan de recibir la orden biológica para multiplicarse. Factores como citoquinas, hormonas y proteínas, propios de la papila, activan o silencian los genes implicados.

La alopecia se instala progresivamente a medida que los folículos activos descienden. Las primeras señales vienen dadas por un cabello más fino, peor pigmentado y de mala calidad.

Alopecia femenina, descripción

Las señales de alarma además de las evidentes como el pelo afinado y sin vida, opaco y sin cuerpo, se manifiestan cuando la cabellera posee más tallos en fase telógena (involución) que en fase anágena (crecimiento) y el cuero cabelludo presenta una inflamación perifolicular.

La alopecia femenina suele responder al tratamiento farmacológico oral, local en el propio cuero cabelludo o combinados, según el diagnostico adecuado.

Dado que es más importante y frecuente de lo que se cree, IML ha inaugurado la nueva Unidad de Alopecia Femenina, cuyos tratamientos consiguen una rápida y visible mejoría. Los resultados se evidencian con el frenazo inmediato de la caída, que lleva aparejado una mayor densidad capilar y vitalidad del tallo.

El aumento de su calibre se observa a los 6 meses, que son los necesarios para su crecimiento.

Caída capilar femenina, tratamientos

CARBOXITERAPIA.
Microinyecciones que introducen 5 ml de CO2 en el cuero cabelludo y tienen un efecto directo sobre el bulbo piloso, donde se produce una estimulación de su papila dérmica. La carboxiterapia mejora el rendimiento de los microvasos que nutren los folículos, aumenta el nivel de oxígeno en los tejidos, estimula los factores de crecimiento endoteliales y promueve la síntesis de colágeno. El tratamiento requiere entre 4 y 10 sesiones.

MESOTERAPIA CON DUTASTERIDE.
Son antiandrógenos en microinyección, que se introducen en el cuero cabelludo para frenar el avance de la alopecia en las zonas aún sin afectar. Dado que el fármaco tiene una vida prolongada, son suficientes 4 sesiones al año, a razón de 1 cada 3 meses.

PRP.
Son factores de crecimiento plaquetario, que se extraen de la propia sangre y se infiltran en el cuero cabelludo para activar las células foliculares y mejorar los folículos pilosos. Estimulan la generación de brotes vasculares nuevos, que redundan en la microcirculación y en el transporte de micronutrientes al folículo piloso. Requieren 3 sesiones, que se espacian cada 2 o 3 semanas.

MESOTERAPIA.
Infiltración a nivel intradérmico de sustancias especialmente seleccionadas por ser selectivas contra cada tipo de alopecia. Se trata de un coctel personalizado que lleva dutasteride, vitaminas, aminoácidos, PRP, etc., en función del tratamiento indicado. Requiere de 4 a 10 sesiones, así como de otras más espaciadas en el tiempo, para mantener los resultados.

Alopecia masculina, descripción

Aunque existen alopecias difusas que aquejan al varón, el tipo más frecuente es la alopecia androgenética, que afecta a un 60% de los hombres. Tiene carácter genético y se produce por la sensibilidad de los folículos en el cuero cabelludo a los andrógenos, responsables de su miniaturización en zona frontal, central y coronilla. Más fino y escaso, sufre una involución que conduce a la pérdida intensa o total.

Este tipo de alopecia comienza a manifestarse alrededor de los 25 años para avanzar y agravarse, según evoluciones distintas, que van desde un patrón lento y progresivo, acorde con la edad, hasta una pérdida acelerada.

Según IML, conviene iniciar el tratamiento cuando los signos se detectan de forma precoz, “ya que terapéuticamente es más interesante conservar el pelo que recuperarlo”.

Enfoque IML: reponer, frenar y estimular

Los hombres requieren un abordaje 360º, que permita recuperar el pelo perdido y frenar el avance de la alopecia en las zonas no afectadas todavía.

TÉCNICA FUE.
Está destinada a reponer los tallos perdidos. La gran ventaja de este procedimiento estrella, es que se realiza por unidades, gracias a un punch cuya boca tiene entre 0,6 y 0,8 mm de diámetro. La pequeña dimensión de su orificio facilita la extracción certera de folículos, sin daños en su estructura. Una vez revisados y ordenados, según el número de folículos en cada unidad extraída, se implantan en la zona receptora, sobre la que se realiza un diseño previo que tiene en cuenta la densidad y dirección de cada implante para una mayor naturalidad. El procedimiento tiene una duración de 2-5 horas, dependiendo del número de folículos a trasplantar. La recuperación es cómoda y cursa sin dolor, con un edema suave que remite en menos de una semana. El pelo nuevo crece a partir de las 6 u 8 semanas y los resultados definitivos se notan a los 6-12 meses.

CARBOXITERAPIA CAPILAR.
CO2 que se aplica mediante micropunciones en el cuero cabelludo. Su sensacional efecto bioestimulador genera un incremento de la microcirculación con la consiguiente entrega de nutrientes y oxígeno al folículo. Revitaliza el cabello y frena la caída.

MINOXIDIL.
En espuma, en líquido de aplicación tópica o en pastillas por vía oral, está destinado a controlar la alopecia androgenética difusa en el hombre.

ANTIANDRÓGENOS.
Se administran por vía oral con dutasteride o finasteride. Tienen la matriz folicular como diana, donde producen una inhibición de la fase telógena o de caída. Su ingesta precoz puede revertir la alopecia.









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