Habitualmente un 90% de nuestro cabello se encuentra en la llamada fase anágena o de crecimiento, cuya duración es de aproximadamente 3 años, mientras que un 10% de nuestros folículos pilosos están en fase de transición o catágena, en la que el crecimiento se detiene durante 3 semanas para entrar posteriormente en la fase telógena, que es cuando se produce la caída que da lugar al crecimiento de un nuevo cabello en su lugar.
Centrados en la cuestión, recabamos la opinión experta, en este caso, de la doctora Segovia, clínica MC360, para saber más y descubrir cómo asesorar y tratar a nuestros pacientes en la consulta.
Durante los meses de embarazo, se producen numerosos cambios hormonales, iniciándose la producción de algunas hormonas que previamente no sintetizaba el organismo como la B-HCG y la oxitocina, y, además, se incrementan los niveles de producción de hormonas que ya fabricaba el organismo previamente, como los estrógenos y progesterona. Así, el aumento de los niveles de estrógenos en sangre durante este periodo será el factor que haga que el cabello deje de caerse y presente un aspecto más saludable y con más brillo.
Con el objetivo de eliminar el cabello que va a caerse, se recomienda un lavado frecuente del cabello unas 3 o 4 veces a la semana, ya que esta medida acortará la fase de caída y hará que la fase de nuevo crecimiento llegue antes.Sin embargo, tras el parto, la producción de estrógenos sufre un descenso súbito hasta los niveles habituales, lo que provocará lo que conocemos como efluvio telógeno, que consiste en una alteración del ciclo de crecimiento del pelo y que se traduce en una caída del mismo muy llamativa. "Estos casos son muy frecuentes pero, la buena noticia, es que estamos ante un proceso reversible y limitado en el tiempo", explica la doctora María Eugenia Segovia, experta en salud capilar de la clínica MC360.
El efluvio telógeno, por su parte, es consecuencia de un daño específico que sufre la raíz del folículo piloso interrumpiendo su ciclo de crecimiento, por lo que pasarán unos dos o tres meses hasta que la caída se haga evidente desde que se produjo el daño, motivo por el cual la pérdida de cabello no se da inmediatamente después del parto.
"Es habitual notar una gran pérdida de cabello, a veces incluso en forma de mechones, con una disminución de la densidad, que algunas pacientes describen como una disminución en el grosor de la coleta, pero que en los casos más severos puede evidenciarse dejando entrever el cuero cabelludo. Cuanto más oscuro y más largo sea el cabello, más evidente será su pérdida", destaca Segovia.
Diagnóstico y tratamiento capilar de la caída capilar tras el parto
Por ello, será fundamental realizar un correcto diagnóstico médico, al que se llegará mediante una historia clínica exhaustiva, un estudio tricoscópico y una analítica completa que descarte otras posibles causas subyacentes y corregibles (déficits vitamínicos, alteraciones de las hormonas tiroideas y niveles de hierro entre otros parámetros), y esto se solicitará de forma individualizada para cada paciente.
"Cabe destacar que éste es un proceso limitado en el tiempo que desaparece cuando lo hace su causa, pero es cierto que el tiempo de recuperación es muy lento, pudiendo durar hasta 12 meses, por lo que habrá que tener paciencia hasta que la mejoría sea evidente", aconseja la especialista. "En primer lugar, iremos notando una disminución paulatina de la caída del cabello, y posteriormente se iniciará una fase de crecimiento del pelo, que será fino y corto y que, poco a poco, se irá engrosando e irá recuperando su longitud habitual".
Algunas técnicas, como el Plasma Rico en Plaquetas (PRP) o el láser capilar de baja potencia (LLLT), ayudarán a que se produzca un engrosamiento del cabello.Con el objetivo de eliminar el cabello que va a caerse, se recomienda un lavado frecuente del cabello unas 3 o 4 veces a la semana, ya que esta medida acortará la fase de caída y hará que la fase de nuevo crecimiento llegue antes. Además, también será importante mantener una dieta equilibrada y una hidratación adecuada.
"Una vez que descartemos que el efluvio telógeno no esté en relación con una alteración analítica que sea corregible, podremos realizar algunos tratamientos con el objetivo de favorecer esta fase de nuevo crecimiento y para preparar el folículo piloso, con el fin de que el cabello se regenere de forma correcta. Han demostrado tener cierta utilidad determinados suplementos nutricionales y vitamínicos, así como la melatonina por su efecto antioxidante, que a dosis bajas puede regular el ciclo capilar y reactivar los mecanismos que estabilizan el crecimiento del pelo", explica la doctora Segovia.
Aunque siempre se buscará un tratamiento individualizado para cada paciente, existen algunas técnicas, como el Plasma Rico en Plaquetas (PRP) o el láser capilar de baja potencia (LLLT), que ayudarán a que se produzca un engrosamiento del cabello. El Plasma Rico en Plaquetas es una técnica que consiste en la extracción de una muestra sanguínea que se procesa en una centrifugadora, para extraer la fracción plaquetaria que liberará los factores de crecimiento naturales y que se aplicarán sobre el cuero cabelludo mediante intradermoinyecciones. Por ello, puede ser de utilidad en algunos casos, ya que estimula el crecimiento. Por su parte, otra técnica que podría aplicarse en casos seleccionados es la estimulación mediante láser capilar de baja potencia, "un tratamiento indoloro y sin efectos secundarios que reactivará el crecimiento capilar y ayudará a su engrosamiento, produciendo una mayor densidad", finaliza Mª Eugenia Segovia.