El injerto capilar es una cirugía a la que mayoritariamente se someten los hombres. Aun así, en el último año, la demanda de mujeres interesadas en realizarse una cirugía de trasplante capilar ha aumentado un 67%, según Jorge Feve, director de Clínica Ibiza en Madrid.
"Antes las mujeres acudían interesadas en tratamientos capilares para frenar la caída pero no querían ni oír hablar de cirugía. En los últimos años, las técnicas han evolucionado mucho y ahora en la mayoría de los casos se puede realizar la intervención sin tener que raparse la cabeza, impedimento principal para someterse a la cirugía".
Un problema que afecta a la autoestima femenina
A las mujeres les cuesta más aceptar psicológicamente la pérdida de pelo, ya que tradicionalmente se ha caracterizado a los hombres con dicho problema. En la actualidad, las mujeres pueden aumentar su densidad capilar y mejorar su autoestima mediante la técnica FUE (pelo a pelo).
La diferencia principal cuando se realiza una intervención en mujeres es el rasurado de la zona donante. En estos casos, se efectúa una serie de ventanas en la parte de la coronilla que se disimulan fácilmente.
Resultados naturales a través de la cirugía
A la hora de implantar el pelo, en Clínica Ibiza utilizan un dispositivo llamado implanter, similar a un bolígrafo, que injerta el pelo uno a uno. Ello permite determinar su inclinación y dirección de crecimiento, hecho que favorece el efecto final. Es un procedimiento más lento pero que proporciona unos resultados más naturales.
Al realizar la cirugía con este dispositivo, los tiempos de recuperación disminuyen, de manera que se podrán reincorporar más rápido a sus actividades cotidianas.
Los resultados definitivos de la intervención no se apreciarán hasta pasados 10-12 meses, por lo que deberán esperar para ver el resultado final. Cabe tener en cuenta que se deberán seguir cuidando para evitar que los folículos anteriores al injerto no caigan. Así se podrá evitar repetir la cirugía años después.