Ultrasonix es un avanzado tratamiento de ultrasonido microfocalizado de alta intensidad para lifting facial sin cirugía. La técnica en la que está basado ha sido la única aprobada por la FDA de Estados Unidos como tratamiento de lifting no invasivo, técnica que está avalada por numerosos estudios clínicos a nivel internacional.

Con una única sesión, se elevan las cejas, pómulos y óvalo facial, además de actuar eficazmente en el tratamiento del doble mentón y la flacidez del cuello.

Ultrasonix reafirma y levanta la piel flácida, estimulando la propia respuesta regenerativa del cuerpo, la cual tensará y levantará la piel con el tiempo, ya que forma discretos puntos de coagulación termal a niveles de entre 1,5 mm, 3 mm, y 4,5 mm, llegando con este último a la capa SMAS que envuelve la musculatura para la coordinación de la expresión facial, donde origina, por fricción celular, un calor concreto que provoca la reorganización y renovación del colágeno.

Aunque el tejido profundo se calienta hasta 65º, no provoca alteración en la epidermis. Se realizan en todo el rostro y cuello entre 300 y 500 disparos. Cada uno de ellos hace una línea de hasta 20 puntos de coagulación. Dichos puntos retraen y tensan el tejido de forma inmediata y a largo plazo reorganizan las fibras de colágeno, aumentan la producción de esta proteína y combaten el descolgamiento de la piel desde las capas más profundas.

'Ultrasonix' reafirma y levanta la piel flácida, estimulando la propia respuesta regenerativa del cuerpo, la cual tensará y levantará la piel con el tiempo.

Ultrasonix no necesita preparación previa del paciente, ni precisa tiempo de recuperación para retornar a la vida cotidiana. La duración de la sesión en promedio para cara y cuello es de una hora, en una única sesión, virtualmente libre de dolor; los resultados son evidentes inmediatamente y se logra su efecto máximo en las primeras 4 a 12 semanas, que será definitivo a los seis meses y puede durar entre un año y año y medio.

El tratamiento está diseñado para hombres y mujeres que no desean someterse a un tratamiento con cirugía, evitando así los riesgos de cicatrices y anestesia en quirófano.









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