Asociado habitualmente al tratamiento médico-estético de otras zonas del rostro, como el surco nasogeniano, los labios o los pómulos, el ácido hialurónico también es el aliado perfecto cuando queremos tratar y corregir la zona frontal. Si con el bótox se relaja la musculatura, y se disminuyen las arrugas y líneas de expresión, mediante el uso de ácido hialurónico en la zona frontal podemos reponer el volumen perdido y corregir la frente y las sienes hasta lograr unas facciones más armoniosas y definidas.
Se trata de una técnica altamente avanzada, desarrollada y perfeccionada por la doctora Dagné Pupo durante su asistencia a múltiples formaciones internacionales privadas y tras observar las necesidades de los diferentes rostros. “El grado de satisfacción de los pacientes es elevadísimo. Los resultados son inmediatos y nada más terminar se puede apreciar un cambio muy positivo. La profusión de sombras desaparece y el rostro rejuvenece”, explica la doctora Pupo, quien, recientemente, ha tratado con esta técnica a la doctora brasileña de prestigio internacional Nayane Pacheco.
El rejuvenecimiento inmediato del rostro y su mayor armonización en el conjunto de la expresión facial hacen del tratamiento con ácido hialurónico en la zona frontal la técnica perfecta cuando se busca tratar la existencia de áreas hundidas en frente y sienes. El tratamiento, indoloro y que permite incorporarse a la vida cotidiana sin ninguna dificultad, es totalmente compatible con otros tratamientos médico-estéticos de inyección como el bótox o con aparatología médica de reafirmación. “Además de ser compatibles, es totalmente recomendable la combinación de todos ellos. La suma potencia sus efectos”; detalla la doctora Pupo.
Hay más beneficios. A diferencia de otros tratamientos médicos que requieren repetir las infiltraciones varias veces al año, el relleno de la zona frontal puede llegar a durar años, “siempre que se mantenga un estilo de vida saludable, junto con la rutina dermocosmética adecuada para cada paciente”, matiza la doctora.