La liposucción figura entre las principales intervenciones realizadas en España, además de la rinoplastia (operación de nariz) y el aumento o reducción de pecho. Ya han pasado 30 años desde que esta técnica irrumpió en nuestro país, de la mano del doctor Antonio Tapia, doctor en Medicina y Cirugía por la Universidad de Barcelona y fundador del Instituto Tapia. Actualmente realiza sus intervenciones en el Hospital Quirón de la Ciudad Condal.

El cirujano importó el aparato, proveniente de Francia, que se iba a convertir en una revolución en el campo de la estética. Desde entonces, la aparatología para llevar a cabo la liposucción ha evolucionado. Las primeras máquinas eran como aspiradoras domésticas, en opinión de Tapia. Luego llegaron las cánulas más finas, los ultrasonidos internos y externos, la asistencia con láser, por citar algunos ejemplos, aunque la base todavía es la misma. Y ésta consiste en introducir una cánula y extraer los acúmulos sobrantes de grasa localizada de una zona determinada. Ahora, las técnicas para quemar esa célula grasa son menos invasivas.

La liposucción no es un tratamiento para combatir la obesidad, sino la alternativa para mejorar zonas corporales en las que persisten depósitos localizados de tejido graso, difíciles de eliminar con regímenes dietéticos y ejercicio. En la actualidad, se realizan una media de 20.000 liposucciones anuales, pero no todas resultan igual de efectivas. El doctor Tapia afirma que el 50% del resultado de una liposucción depende del comportamiento del paciente.

Consejos a seguir justo después de la liposucción

Después de la intervención se colocan unos vendajes semicompresivos para sujetar y proteger las zonas tratadas. Se recomienda que los pacientes reposen durante una semana antes de incorporarse a su vida cotidiana. Posteriormente, una vez retirada la venda, es importante iniciar ejercicios de potenciación muscular. Y se aconseja la práctica de ciertos deportes como natación, tenis y pádel, ya que se moviliza todo el cuerpo al practicarlos. La razón por la que es importante realizar este tipo de ejercicios se debe a un enlentecimiento del retorno venoso y linfático que los precisa por varios motivos. "En primer lugar, para eliminar el edema postoperatorio; en segundo lugar, para mejorar la funcionalidad de las extremidades inferiores, evitar el edema postural y mejorar la eliminación de líquidos", explica Tapia. Además, es importante no solo para modelar, sino para el mantenimiento corporal en general y contribuir a disciplinar al paciente en su cuidado permanente.

La liposucción, ¿supone un cambio de vida?

"Definitivamente. Hay que evitar el sedentarismo y llevar una dieta hipocalórica sana para siempre, aunque se pueden hacer excepciones en momentos muy puntuales", destaca. Los dos primeros meses se recomienda reducir la ingesta de calorías que provienen de grasas y carbohidratos y comer más proteínas, lo que ayuda en la cicatrización de todos los tejidos operados. También es conveniente realizarse semanalmente masajes que estimulen la circulación y el drenaje linfático. "Pero lo más importante es el ejercicio diario", puntualiza.

¿Qué ocurre si no se siguen las indicaciones?

Es muy importante potenciar la eliminación de la inflamación o edema postoperatorio siguiendo unas pautas determinadas. Así se alcanza el resultado previsto. "De no ser así, lo más probable es que el edema residual se acumule y no se acaben de dibujar bien las zonas remodeladas", advierte.

Además, si no se hace ejercicio regular ni se sigue una dieta sana se puede volver a engordar. Aunque los adipocitos no tienen capacidad de reproducción y los succionados no vuelven a aparecer, tampoco tienen límite de almacenamiento de grasa. Por eso, se puede seguir acumulando tejido graso. Las buenas noticias son que si se engorda, se hace de forma homogénea. "Las zonas clásicas o claves de la lipodistrofia localizada (cadera o pistoleras, cara interna del muslo, rodilla interna, etc.) no vuelven a aparecer de forma desproporcionada al resto del cuerpo".

Otro falso mito es que la grasa comience a acumularse de forma más pronunciada en otras zonas donde no se ha realizado ninguna intervención. Esto no ocurre.









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