La Dra. María Rosa García Maroto se adelanta a las que serán las nuevas demandas y diseña un protocolo especial para quitar años y devolver la belleza al tercio superior del rostro. La experta profundiza en los principales problemas y recomienda la técnica idónea para hacerles frente.
Tratando las arrugas de expresión
Lamentablemente, patas de gallo y entrecejo van a acaparar buena parte de las miradas este verano, así como las arrugas de la frente. Las primeras se van a apreciar aún más que en temporadas anteriores: las mascarillas empañan las gafas de sol y ya no será posible camuflar estas imperfecciones tras ellas.
En cuanto a las patas de gallo, las infiltraciones de toxina botulínica llegan al rescate para eliminarlas y, de paso, evitar que se guiñen los ojos en exceso durante la sobreexposición solar. "Estas arrugas aparecen por la contracción del músculo orbicular que se encuentra en la zona lateral e inferior de los ojos. Si infiltramos la toxina botulínica en dicho músculo, evitaremos la continua contracción del mismo, evitando la aparición de las patas de gallo", añade García Maroto. El tratamiento requiere una sesión y una revisión posterior 15 días después, para comprobar la evolución y volver a infiltrar la zona si fuera necesario. Los resultados se mantienen entre cuatro y seis meses.
En cuanto a las patas de gallo, las infiltraciones de toxina botulínica llegan al rescate para eliminarlas y, de paso, evitar que se guiñen los ojos en exceso durante la sobreexposición solar.La toxina botulínica se puede emplear también en la zona de la frente y el entrecejo. "La toxina botulínica, infiltrada en puntos estratégicos de la frente, relaja los músculos e impide la aparición de las arrugas de expresión que se forman al elevar continuamente las cejas” añade la especialista. En el caso de que las arrugas se aprecien, incluso estando en reposo, no sería suficiente. "Habría que realizar, después del tratamiento con toxina botulínica, infiltraciones con el material de relleno adecuado en cada zona para mejorar las arrugas, sobre todo los surcos que se marcan en la zona glabelar o entrecejo. El músculo corrugador (localizado en la zona lateral del ceño) tiene mucha fuerza y en ocasiones la arruga ya es muy profunda”. Bastaría con una sesión y una revisión posterior a las dos semanas. En este caso los resultados se mantienen durante un año.
No a las cejas caídas
Las cejas caídas entristecen la expresión y añaden años al rostro. "Este problema se puede solucionar mediante la infiltración de toxina botulínica en zonas laterales (cola de la ceja) para que relaje la zona del músculo orbicular. Una vez paralizada dicha área, la ceja subirá gracias a la acción de los músculos frontales laterales de la frente que actúan como músculos elevadores". Se necesita una sesión, seguida de una revisión a los 15 días. Los resultados se prolongan entre cuatro y seis meses.
Evitando ojeras pronunciadas
El problema de las ojeras marcadas se puede clasificar en dos grupos. El primero abarca aquellas ojeras provocadas por un hundimiento de la zona inferior del parpado inferior. En este caso, como recomienda García Maroto, el tratamiento indicado serían las infiltraciones con ácido hialurónico: "Consiguen elevar el hundimiento y nivelar todo el parpado inferior”, añade. Tiene una duración de un año.
El segundo tipo de ojera se caracteriza por la coloración oscura en el párpado inferior. Se aprecian distintos tonos: "Cuando son marrones se producen por una acumulación de melanina y se tratan con peelings despigmentantes; las de tonalidad rojiza responden a causas vasculares, y en ese caso utilizaremos un láser especial que cierre las venitas que aportan esta coloración", explica la doctora. Se trata en una sola sesión con revisión a los 15 días.
Dra. María Rosa García Maroto.Pómulos tersos y rejuvenecidos
Con la edad, es normal perder masa ósea y grasa, desarrollando flacidez en las estructuras. El pómulo se aprecia deprimido y vacío. "En estos casos, se recomiendan los materiales de relleno que eleven y den volumen de forma natural al pómulo. En una sola sesión los resultados son visibles y se mantienen entre 12 y 18 meses dependiendo de cada persona", concluye García Maroto.