El pegamento biológico es un método novedoso destinado a sellar las varices, sean del tamaño que sean.
Así pues, las grandes varices que tradicionalmente se operaban en quirófano y con las consecuentes secuelas de los hematomas, ahora pueden solucionarse sin dolor, sin necesidad de cirugía, sin efectos secundarios y lo que es más llamativo, en cualquier época del año.
Frente a otros tratamientos mínimamente invasivos como la radiofrecuencia, tiene la ventaja de no necesitar el uso de medias de compresión. Al no producir hematomas ni reacciones inflamatorias sobre la vena, no hay que resguardarse del sol o del calor.
Cómo actúa el pegamento biológico
El proceso dura entre diez o quince minutos y se realiza de forma totalmente ambulatoria.
Primero se realiza una pequeña punción sobre la vena como si de la extracción de una analítica se tratase. A continuación, se introduce un fino catéter que permitirá la instalación del adhesivo. Bajo control ecográfico y en varios segmentos de la vena se libera una pequeña cantidad del polímero para conseguir su cierre. Una vez retirado el catéter se da por finalizado el tratamiento.
La reparación es inmediata y el paciente sale del quirófano con las varices cerradas y sin problemas postoperatorios.