Más de 100 billones de bacterias viven en nuestro organismo y despliegan una ingente labor en relación con el apetito o no. Numerosos estudios demuestran que esta microbiota intestinal es clave para la salud. Puede, incluso, modificar el comportamiento y ejerce un efecto directo en los hábitos de alimentación. De este modo, las bacterias, algo que la mayoría desconoce, representan un papel fundamental a la hora de controlar el peso. Así lo confirma el doctor Pierre Nicolau, especialista en cirugía plástica y medicina estética, quien resume en este interesante artículo algunas de las pautas a seguir para poder modificar las bacterias intestinales del organismo y así controlar la dieta.
Kilos a raya
Existe un hecho constatado. Y es que muchas personas, acuden como pacientes a centros especializados, porque a pesar de encontrarse un día sí y otro también a dieta, no consiguen deshacerse de esos kilos de más.
Antes de realizar cualquier dieta, todas las personas que quieran controlar su peso de forma saludable se deben dirigir a cualquier otro centro médico especializado para que le realicen un análisis de sus hábitos alimenticios.No todos los métodos ni dietas sirven para cualquier paciente. Por ello el doctor Nicolau defiende la necesidad de "realizar un análisis a fondo y establecer una rutina personalizada para cada uno de ellos". Pierre Nicolau explica que dicho estudio "ha de examinar al detalle los hábitos de la persona y lo que ingiere realmente. En nuestro caso -continúa-, realizamos una encuesta alimentaria donde el paciente anota, durante una semana, todo lo que come. Esto nos da una idea precisa de lo que el cuerpo pide y, por tanto, de lo que las bacterias quieren consumir". A partir de dicho estudio es cuando "se podrán ir cambiando poco a poco las rutinas de la persona y, como consecuencia, la microbiota intestinal que influye directamente sobre la pérdida de peso", explica el doctor.
El cambio es necesario
Reducir la flora es la clave para mantener a raya los kilos de más. Así que el segundo paso de una correcta dieta que nos ayude a adelgazar cifra su efecto en el cambio de hábitos alimentarios. De este modo, se introducen en la dieta alimentos que a su vez, transformen la flora intestinal, "lo que a su vez hará reducir la necesidad de comer alimentos nocivos", asegura el Dr. Pierre Nicolau.
Los alimentos que benefician a las bacterias intestinales son los lácteos, las frutas y las verduras, las legumbres, los frutos secos o el aceite de oliva virgen extra, entre otros. Todo ellos ayudan a cuidar la flora intestinal. Aun así, Nicolau recuerda que "es necesario personalizar la dieta de cada persona y estudiar tanto sus circunstancias propias como posibles patologías para definir de modo correcto su alimentación".
Todo cambio del comportamiento alimentario debe tener una duración mínima de un año. Por ello, el Dr. Nicolau recomienda no esperar resultados inmediatos sino contemplarlo como una inversión a medio-largo plazo.Contar con un especialista en este proceso, es básico. "Es él quien acompaña al paciente y le indica cuál es la mejor manera de proceder según su caso", asegura el doctor. Los resultados de la encuesta alimentaria, junto con la experiencia del médico, ayudan a que el tratamiento sea mucho más eficaz y consiga unos resultados óptimos. Y además, evita peligros innecesarios, de los que a veces no somos conscientes. "Hay personas que han probado por su cuenta todas las dietas que han caído en sus manos -declara Pierre Nicolau-, y esto puede llegar a causar problemas de metabolismo y enfermedades. Muy a menudo, las dietas que se aplican no son malas, pero simplemente no se llevan a cabo de forma adecuada", sentencia.
Probióticos, por qué y para qué
Otra cuestión es la ingesta de antibióticos y laxantes con el objetivo de eliminar calorías y perder peso, lo que en ocasiones, daña la flora intestinal. Por eso es importante a su vez, y en este proceso, tomar suplementos probióticos durante un tiempo de la dieta a la que nos sometemos, que nos ayuden a poblar los intestinos y mejorar su composición.
Medio y largo plazo
Cambiar nuestra microbiota intestinal puede ser, a pesar que se piense lo contrario, rápido, porque las bacterias tienen una gran capacidad de adaptación. No obstante, para el mejor de los funcionamientos, todo cambio del comportamiento alimentario debe tener una duración mínimo de 1 año. Por ello, Nicolau recomienda "no esperar resultados inmediatos sino contemplarlo como una inversión a medio-largo plazo". El doctor insiste en la importancia de mantener los hábitos saludables y asegura que "es la clave del éxito de los tratamientos". Y, ¡ojo!, "al cambiar la flora intestinal va a resultar más fácil el cambio de alimentación, pero no consiste en que te cambien la flora intestinal y que ya puedas comer de todo sin engordar. Si vuelves a comer comida basura, dulces en exceso y otro tipo de alimentos, tu flora volverá a empeorar".
Hasta aquí, el proceso que analiza el experto. Y recuerda, la pérdida de peso y la mejor nutrición, siempre bajo supervisión del especialista.