Desde hace años, la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME) lucha contra el intrusismo profesional que sufre el sector con el objetivo de garantizar los derechos sanitarios de todos los pacientes. Prácticamente a diario se conocen nuevos casos de intrusismo, lo que supone una grave falta de seguridad y control en las prácticas médico estéticas. Según los últimos estudios de la SEME más de un 30% de los casos de intrusismo tienen lugar en centros estéticos sin licencia, un 16% en peluquerías y un 14% por esteticistas autónomas que realizan los tratamientos en sus propias viviendas.
La SEME lucha, desde su creación en 1984, para que exista una regulación sobre los médicos que practican la Medicina Estética.Los pacientes que quieren realizar un tratamiento estético se deben cerciorar de que la persona encargada del mismo tiene la titulación médica correspondiente. Así le podrá informar acerca del tratamiento al que se va a someter, junto con los riesgos, beneficios y alternativas posibles. "Toda esta información se debe plasmar siempre por escrito en el documento de Consentimiento Informado, de manera que el paciente disponga de un documento escrito donde se reflejen las cuestiones más importantes del tratamiento a realizar", explica la Dra. Mercedes Campoy, responsable de Intrusismo de la SEME.
El intrusismo, demasiado común en el sector
Existen tratamientos realizados por personas sin una titulación regulada médica que los capacite para ello. Gran parte de las prácticas a las que se someten los usuarios afectados por el intrusismo tienen relación con inyecciones de ácido hialurónico, toxina botulínica, implantación de hilos tensores, manchas y tatuajes. "En un tema tan común como la eliminación de manchas de la piel con láser, es imprescindible el correcto diagnóstico de cada mancha, por pequeña que sea, antes de eliminarla. Se puede tratar de un cáncer de piel y no se le está ofreciendo al paciente un tratamiento adecuado, a lo que hay que sumar el riesgo que supone para su vida", comenta la Dra. Campoy. En este sentido, desde la Sociedad Española se hace un llamamiento a todos los usuarios de la Medicina Estética para que denuncien cualquier caso de intrusismo detectado a las Consejerías de Sanidad o a las autoridades.
De forma paralela, la SEME aboga, desde su creación en el año 1984, por una regulación sobre los médicos que practican la medicina estética. En concreto, la entidad mantiene relaciones con el Ministerio de Sanidad para establecer un título de especialista y con las administraciones territoriales para la elaboración de documentos que acrediten las consultas.