El Dr. Antonio Tapia ha advertido recientemente: “el 70% de las cirugías secundarias que demandan mis pacientes son para arreglar una nariz mal operada". La rinoplastia es la 5ª cirugía estética más demandada en España. Uno de cada 10.000 españoles se somete a ella anualmente, y la edad más habitual está entre los 18 y los 45 años.
El número de rinoplastias practicadas a mujeres triplica a las realizadas en hombres (3.200 vs. 1.100), pero porcentualmente es una intervención más demandada por ellos: el 14% de los hombres que solicitan cirugía estética elige la rinoplastia, mientras que entre las mujeres la cifra es del 6%.
Este año, además, es la cirugía escogida por la SECPRE para liderar la campaña on-line #Pideuncirujanoplastico de concienciación sobre la necesidad de recurrir a especialistas con amplia experiencia. El Dr. Antonio Tapia explica los requisitos para que la rinoplastia sea un éxito:
1. La mejor opción es la de tipo abierto.
En contra de lo que algunas personas piensan, la rinoplastia abierta no es más agresiva que la cerrada, pero sí mucho más precisa. "Lo que determina realizarla abierta o cerrada es la experiencia y destreza. Sin duda, al abrir tienes visibilidad sobre todas las estructuras, mientras que si se realiza cerrada únicamente palpas, se hace por mera intuición. Tampoco deja más cicatrices ni es peor el postoperatorio en el caso de la abierta: la única incisión sería por la columela (la parte inferior que separa ambas fosas nasales), y en la cerrada, por dentro de las fosas", revela Tapia.
2. Si es una cirugía secundaria y el experto es adecuado, los resultados son excelentes.
"El 75% de las intervenciones que realizo por cirugías secundarias, es decir, tras un mal resultado, es por una rinoplastia mal hecha. En este caso es fundamental hacerla tipo abierta". No hay que temer que quede mal por ser una segunda intervención, sino todo lo contrario, en caso de que el profesional sea un cirujano plástico con una amplia trayectoria en esta intervención, como es el caso del Dr. Antonio Tapia.
3. La cirugía de nariz no tiene que tener un postoperatorio duro.
"Eso es un mito cuando se hace bien. Es cierto que los dos o tres primeros días se respira mal, porque se colocan unos tapones, pero lo único que habrá durante unos 10 días es algo de hinchazón y posible hematoma".
4. Hay que dejar la forma "a la carta" y huir de las pequeñitas en serie.
"Es terrible observar esas narices iguales, pequeñitas, puntiagudas y nada proporcionadas con los rasgos. Lo fundamental es formular un exhaustivo estudio de las proporciones faciales y actuar en consecuencia".
5. Tiene que ser una cirugía invisible.
"Nadie tiene que pensar a simple vista que la persona se ha sometido a una rinoplastia, sino que está más guapa", termina el cirujano.