Según el informe 'Percepción y uso de la medicina estética en España 2023' presentado recientemente por la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME), alrededor del 50% de los españoles se han realizado alguna vez un tratamiento estético.
Para llevar a cabo este estudio han efectuado 1.500 entrevistas a nivel nacional, cuyos resultados demuestran que el 69% de las personas que se realizan tratamientos estéticos son mujeres, mientras que únicamente el 31% son hombres. Los pacientes mayoritarios siguen siendo mujeres de 35 a 54 años.
La mayoría de pacientes de este sector son mujeres de entre 35 y 54 años
Según las encuestas, el 20% de los pacientes tienen entre 16 y 26 años, el 21% entre 25 y 34 años, otro 21% lo ocupan personas de entre 35 y 45 y el 38% tienen más de 45 años.
También ha demostrado que la medicina estética está directamente relacionada con la clase social denotando cierto elitismo y acentuando la falta de asequibilidad por las clases más bajas, las cuales tienden a buscar otras alternativas de menor coste y por consiguiente, calidad.
Por otro lado, los tratamientos estéticos más demandados en el último año son IPL (comúnmente conocido como luz pulsada), relleno de ácido hialurónico, mesoterapia, PRP (plasma rico en plaquetas) y toxina. Asimismo, los tratamientos más asociados a la medicina estética son la orientación nutricional, bótox y otros tipos de inyectables.
El estudio demuestra un notable aumento del intrusismo en medicina estética
Además, el informe nos muestra que la población no dispone del conocimiento necesario sobre esta especialidad y sus tratamientos, no tiene claro lo que es ni cómo diferenciarla de otros procedimientos técnicos, lo que da lugar a un notable aumento del intrusismo en el sector. Casi un 10% percibe como “algo normal” hacerse tratamientos de medicina estética en su domicilio. “Esto es gravísimo”, afirma el Dr. Juan Antonio López, presidente de SEME.
El informe concluye demostrando cómo el desconocimiento de la población sobre este sector provoca un elevado intrusismo que pone en riesgo la eficacia y seguridad de los tratamientos generando problemas en la salud pública y desprestigiando la imagen y credibilidad de la medicina estética.