Su demanda ha aumentado en el último año más de un 50%. Hablamos de ginecología estética, regenerativa y funcional. La Dra. Alba Salas de Clínica Dray nos explica en qué consiste y cuáles son los beneficios de uno de los tratamientos (no invasivos) en auge en lo referido a esta especialidad.
Lo venimos señalando de un tiempo a esta parte, para las mujeres españolas, la salud ginecológica ha pasado de ser una de las grandes olvidadas a ganar cada vez más importancia. Desde Clínica Dray aseguran que en el último año la demanda de tratamientos específicos para el rejuvenecimiento vaginal ha aumentado notablemente, al igual que las solicitudes de información al respecto.
Existen distintos procedimientos orientados a la ginecología estética. En Clínica Dray apuestan por un tratamiento mínimamente invasivo como es el láser aplicado en las zonas más íntimas. "Consigue un estímulo térmico que remodela y produce nuevo colágeno, con lo que mejora el tono y la elasticidad en la pared vaginal", nos explica la Dra. Alba Salas, quien desvela “los otros beneficios” del láser más en auge del momento.
¿Para quién es? Mujeres menopáusicas o perimenopáusicas y en edad fértil postparto
Mejora estética. Puede ser utilizado para un aclaramiento de la zona genital y corregir asimetrías o hipertrofias de los labios menores.
Favorece las relaciones sexuales. El láser ginecológico trata la pared vaginal, recuperando el tono, lo que produce un “tensado vaginal”. En otras palabras, durante las relaciones reduce la sensación de hiperlaxitud y aumenta la fricción.
Alternativa a los estrógenos o a la terapia hormonal. Durante la menopausia es muy habitual tener problemas de atrofia vaginal, como es la sequedad o el dolor en las relaciones. Al aumentar la producción de colágeno, la mucosa mejora su aspecto e hidratación junto a la calidad del tejido.
Trata la incontinencia urinaria. Hay muchos factores que pueden relacionarse con la pérdida de orina involuntaria, como es el deterioro del suelo pélvico. En fases iniciales y de forma indirecta, logra tensar el tejido, siendo una alternativa no quirúrgica.
Rejuvenecimiento vaginal. Indicado para recuperar la forma estructural óptima de la vagina, consiste en la aplicación de un estímulo térmico capaz de tensar el tejido. Favorece la producción de colágeno, regenera el ya existente, y soluciona problemas funcionales y estéticos como la sequedad vaginal, la incontinencia urinaria, la hiper pigmentación genital o la asimetría de los labios.
Protocolo:
1) Evaluación del paciente. En una primera consulta se realiza una valoración, ya que según el objetivo a alcanzar se utilizan potencias altas o bajas. "Cada protocolo es personalizado", asegura la doctora. También se solicita una citología para asegurar un control ginecológico normal.
2) Aplicación de anestesia tópica. No es doloroso, pero puede ser molesto. De hecho, se realiza de forma ambulatoria y "puede notarse una sensación de calor intenso en zonas concretas", añade desde Clínica Dray, la doctora Salas.
3) Sesión de láser vaginal. Clínica Dray utiliza Er:YAG, un láser que aplicado en el canal vaginal, sin incisiones, consigue un estímulo térmico de forma no invasiva.
4) Efectos secundarios. "Aplicado por profesionales médicos con experiencia en ginecología, personalizando e individualizando el tratamiento, evitamos posibles complicaciones", dice la especialista. La paciente puede incorporarse a su día a día de forma inmediata, pero se aconseja no mantener relaciones sexuales en las primeras 72 horas.
Existen distintos procedimientos orientados a la ginecología estética. En Clínica Dray apuestan por un tratamiento mínimamente invasivo como es el láser aplicado en las zonas más íntimas.Resultados.
Tras el tratamiento, se observa una ligera mejora, pero los resultados no serán visibles hasta después de cuatro o seis semanas, que aumentará según avancen las sesiones.
Los efectos y beneficios se mantiene durante un año, pero se recomienda una evaluación a los seis meses para valorar su evolución.
Duración.
La duración del tratamiento es 20 minutos por sesión.
Número de sesiones recomendado: entre dos y tres sesiones, con intervalos de cuatro a seis semanas.