Los atracones puntuales no suponen que esa persona tenga un trastorno alimentario. El problema se produce cuando esta conducta se repite de forma habitual, como un mecanismo de escape ante determinadas situaciones.
La falta de control frente a la comida, el no poder parar, el malestar y la vergüenza posterior, son algunas características útiles para determinar si verdaderamente se trata de un problema de índole psicológico.
La privación de calorías genera ansiedad y desencadena el atracón
Existen muchos factores implicados en la aparición y desarrollo de los trastornos alimenticios y, sin duda, las dietas demasiado estrictas son uno de los más frecuentes. La privación de calorías genera una gran sensación de hambre y de ansiedad que acaba desencadenando, a corto y medio plazo, episodios de sobreingesta y atracones durante los que se pierde totalmente el control sobre la comida. Además, esta conducta causa un fuerte sentimiento de culpa y un estado depresivo que la persona intenta aliviar comiendo más. Así, se entra en una espiral autodestructiva y en un peligroso círculo vicioso del que es muy difícil salir sin apoyo terapéutico.
Alimentación emocional
Otra causa común es lo que los expertos llaman alimentación emocional. Es decir, ingestas causadas más por estados de ánimo que por necesidades fisiológicas reales. Lo que se traduce en comer como una forma de compensar un sentimiento negativo independientemente de la sensación de apetito. La baja autoestima, tristeza, ansiedad, estrés, soledad, aburrimiento, problemas familiares o laborales, historiales de abuso, por ejemplo, pueden estar asociados a un desorden alimentario.
La baja autoestima, tristeza, ansiedad, estrés, soledad, aburrimiento, problemas familiares o laborales, historiales de abuso, por ejemplo, pueden estar asociados a un desorden alimentario.Cuando un paciente acude a la clínica Opción Médica en busca de ayuda, lo primero que hacen es un buen diagnóstico para determinar si existen síntomas que muestren un trastorno de la conducta alimentaria. Si es así, el tratamiento no se puede centrar únicamente en la pérdida de peso porque el fracaso estará garantizado. Es imprescindible elaborar un plan de seguimiento terapéutico para evitar recaídas a medio/largo plazo.
Tras más de 40 años liderando el tratamiento del sobrepeso y la obesidad en Cataluña, el equipo del centro ha constatado que la mejor forma de abordar el problema de la obesidad, acompañada de trastornos alimentarios, es la psicología clínica siguiendo un enfoque cognitivo-conductual.
Objetivo: una vida normal
Los pacientes siempre comentan que conocen muy bien la teoría pero que fallan en la práctica. La gran mayoría comparte la angustia de buscar una solución definitiva a su problema tras muchos intentos fallidos.
Buscar consuelo en la comida: un gran error
Lo más importante es hacerles entender que si se logra modificar la manera de pensar, entender y afrontar el problema con conductas personalmente adaptadas, se logrará un buen control y el mantenimiento de los resultados de por vida. Es necesario entender que un buen tratamiento deberá intentar hacer desaparecer de por vida la palabra dieta y apostar por el aprendizaje de nuevas conductas que permitan llevar una vida completamente normal -de forma que puedan comer todo tipo de alimentos- pero adquiriendo unos niveles de control para no recaer en los errores del “todo o nada”.
El tratamiento no se puede centrar únicamente en la pérdida de peso porque el fracaso estará garantizado. Es imprescindible elaborar un plan de seguimiento terapéutico para evitar recaídas a medio/largo plazo.Otro de los principales objetivos es aprender a identificar aquellos estados y sentimientos anímicos más involucrados con la ingesta, los que buscan un placer inmediato en la comida pero que después solo aportan un mayor sufrimiento emocional y un autocastigo.
Además, es necesario enseñar a los pacientes que ya no sirve aislarse: hay que participar y disfrutar de la vida social plena. De esta forma, se afrontan de forma correcta las celebraciones y/o comidas sociales y, sobre todo, frenando las conductas evitativas motivadas por la no aceptación de uno mismo, o por ese miedo al rechazo social que únicamente les produce un aumento de la ansiedad y bajada de su autoestima.
Un modelo de tratamiento único
En el centro ofrecen un modelo terapéutico único a nivel nacional basado en un programa reeducativo personalizado a través del que los pacientes aprenden a manejar y controlar su problema. Para ello, un amplio equipo de profesionales integrado por médicos, psicólogos, psiquiatras, nutricionistas, endocrinos, entrenadores personales, fisioterapeutas y chefs trabajan de forma conjunta, abordando el tratamiento desde una perspectiva de 360 grados. El objetivo es conseguir una inmersión total del paciente en su nuevo estilo de vida, implicándole al máximo a la vez que se le facilitan todas las herramientas necesarias para que se pueda desenvolver con éxito una vez haya sido dado de alta. Si el paciente se adhiere correctamente al tratamiento, las garantías de resultados son del 98%.