El cáncer de cuello de útero es el cuarto tipo de cáncer más frecuente en España, entre las mujeres, especialmente entre las jóvenes entre 14 y 44 años de edad.
El origen principal de esta patología se produce por el contagio por VPH que se transmite por contacto sexual. A pesar de la alta incidencia, se trata de un virus que suele ser aclarado de manera espontánea, es decir, en la mayoría de los casos el virus desaparece, sin causar ninguna manifestación clínica.
La infección por VPH suele ser más habitual en mujeres jóvenes, que mantienen sus primeras relaciones sexuales, y en mujeres adultas durante la etapa de la menopausia. Una de las medidas más eficaces para evitar la infección es la vacunación, que en nuestro país se suele aplicar a niñas entre 11 y 14 años y demuestra su eficacia para prevenir las lesiones cervicales.
Cada año, en nuestro país se diagnostican unos 2.500 nuevos casos de cáncer de cuello de útero y por su causa fallecen 850 mujeres.Se puede prevenir también gracias a las pruebas de cribado que consisten en detectar tempranamente la aparición de cualquier lesión anormal en el cuello del útero, por lo que las revisiones ginecológicas son esenciales para evitar el desarrollo de cualquier afección.
Como tercera medida preventiva frente al desarrollo de lesiones de cuello de útero, existen los tratamientos no invasivos como Papilocare®, un gel vaginal indicado para las mujeres que se han visto contagiadas por el VPH, cuya acción consiste en prevenir y tratar las lesiones cervicales de bajo grado (ASCUS/LSIL).
Está formulado con ingredientes naturales, patentado por Procare Health y comercializado en numerosos países europeos y fuera de la Unión Europea.
El cáncer de cuello de útero es una rara y evitable complicación de una infección por Virus de Papiloma Humano (VPH) muy frecuente y generalmente transitoria, que puede llegar a sufrir el 80% de la poblaciónPara prevenir esta enfermedad, se recomienda el uso del preservativo, la protección frente a infecciones y eliminar el hábito de fumar. A pesar de estas recomendaciones, hay casos en los que el desarrollo de las lesiones del cuello exige medidas más contundentes.
Con el fin de dar el tratamiento adecuado, se determinan diversos factores como el tipo y localización del tumor, tipo de células o el estado de salud de la mujer. En base a ello, encontramos la conización, en la que se extirpa una parte del cuello uterino; otros tratamientos quirúrgicos invasivos como criocirugía, cirugía láser o histerectomía; tratamientos a base de quimioterapia con cisplatino; desarrollo de inmunoterapia y otros fármacos basados en la tecnología recombinante con el empleo de anticuerpos monoclonales.