Cada vez es más común ver a jóvenes alternativos luciendo enormes dilataciones en sus orejas. Esta técnica de modificación corporal está de moda entre la gente joven hoy en día, aunque sus orígenes se remontan al antiguo Egipto. En aquella época, los faraones se realizaban dilataciones en el lóbulo como símbolo de rango y elevación espiritual.

En qué consisten las dilataciones

La técnica de la dilatación de orejas consiste en introducir un pendiente de forma redondeada en el agujero del lóbulo (y si no lo hubiera, habría que realizar una pequeña incisión para insertar el pendiente dilatador). Poco a poco, se sustituirían los pendientes actuales por otros de mayor diámetro, agrandando el agujero. Los expertos en piercing pueden realizar una dilatación de 2 a 4 milímetros en la primera sesión, y posteriormente inserir un pendiente de diámetro superior (que permita una dilatación de 6 milímetros). Así se puede realizar la ampliación en casa, siempre bajo la supervisión del profesional. Se recomienda esperar unos tres meses antes de plantearse la siguiente ampliación de la dilatación.

Medidas higiénico sanitarias

Los usuarios deben acudir siempre a un profesional en perforaciones corporales con formación higiénico sanitaria que le permita efectuar perforaciones corporales con toda seguridad. No es ningún secreto que realizar un piercing sin conocimientos sanitarios puede causar numerosos problemas a los clientes. Por ejemplo, infecciones que suelen ser largas y complejas de curar, además de otros problemas más importantes.

La clientela más atrevida puede optar por dilataciones de hasta 20 milímetros de diámetro, cuyo agujero en el lóbulo es mucho más visible. Al agrandar tanto la oreja, es posible que el lóbulo quede muy caído y extendido, por lo que será necesaria una pequeña cirugía para recuperar el tamaño original. Una intervención para suturar el lóbulo y eliminar el trozo de piel que no sirva.









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