Se calcula que la hiperhidrosis (exceso de sudor) afecta a un tres por ciento de la población, y no distingue entre hombres y mujeres. Pero a día de hoy ya tiene tratamiento. La Dra. Natalia Ribé, directora médica del Institut Ribé afirma que para la hiperhidrosis “afortunadamente existe una solución: el conocido Bótox”. Y es que, esta sustancia no sólo sirve para acabar con las temibles arrugas sino que también puede normalizar la actividad de las glándulas sudoríparas.
La transpiración es un mecanismo natural del organismo para regular la temperatura del cuerpo y mantener la piel hidratada. Sin embargo, cuando ese sudor aparece en grandes cantidades como respuesta exagerada ante estímulos particulares, la sudoración excesiva se convierte en un sufrido problema. No querer dar la mano en las presentaciones, ser incapaz de actuar con naturalidad en eventos sociales, tener miedo de sacarse la chaqueta... son algunos de los problemas cotidianos a los que se enfrentan las personas que padecen este incómodo exceso de sudor.
Es la denominada hiperhidrosis, un trastorno poco conocido, pero mucho más frecuente de lo que se cree, y aunque suele ser subestimado u ocultado, puede llevar a deteriorar la vida de aquellos que lo sufren tanto a nivel psicológico como de deterioro de su calidad de vida.
¿Cómo se realiza el tratamiento con Bótox para cortar el exceso de sudoración? Este efecto se consigue infiltrando diferentes puntos, subcutáneamente, en palmas de las manos, axilas y plantas de los pies.
Se realiza el procedimiento, previa aplicación de anestesia local tópica o con crioanestesia en la zona de las axilas. Cuando se tienen que tratar la zona de las manos y de los pies, como son zonas más sensibles, se realiza el procedimiento con anestesia troncular.
Una vez finalizado el tratamiento el paciente puede realizar sus actividades normales advirtiéndole que empezará a notar una disminución de la sudoración entre el cuarto y el séptimo día, siendo el efecto máximo a los quince días. El efecto del tratamiento dura entre 7 y 10 meses según el metabolismo de cada persona tratada.
La toxina botulínica relaja la actividad de las glándulas sudoríparas, disminuyendo así la aparición de sudor en la zona tratada.
Es un tratamiento que consigue unos resultados espectaculares, en un tiempo mínimo y con una larga duración. Todos los pacientes que se han tratado repiten el procedimiento ya que, según sus palabras textuales, "Dra. Ribé, me ha cambiado la vida". En el Institut Dra. Natalia Ribé recomiendan este tipo de tratamiento en períodos concretos como el verano, que es cuando más molesta o incomoda a los pacientes. Pero también hacen hincapié en que es un procedimiento médico y como tal debe ser realizado por profesionales con experiencia para evitar malos resultados y efectos secundarios no deseados.