La menopausia es una fase más del ciclo biológico de la mujer, que se encuadra en un periodo más amplio llamado climaterio, que incluye las fases previa y posterior al cese de la regla. En muchas ocasiones nos vienen a la cabeza connotaciones negativas de un momento de la vida de la mujer muy extenso, ya que sus diferentes fases se extienden desde los 45 a los 65 años, un tercio de la vida humana si contamos que una mujer vive de media 83 años. Por ello, la sociedad civil y médica se afanan cada vez más en normalizar este proceso natural de la mujer, por el que todas pasan, pero en el que no todas tienen los mismos síntomas.
La vida de las mujeres
El “gatillo” que dispara esta etapa en la vida de las mujeres, es el declive en la producción de estrógenos, una de las hormonas sexuales femeninas más importantes. Los estrógenos tienen un papel antioxidante muy importante, y por lo tanto su disminución hace que aumente significativamente el estrés oxidativo que, en mayor o menor medida, está presente en cualquier estado de la menopausia, pero, sobre todo, en la posmenopausia. Básicamente se produce un desequilibrio entre la producción de agentes reactivos del oxígeno y la capacidad del sistema biológico de neutralizar rápidamente los reactivos intermedios o de reparar el daño resultante. Esos agentes reactivos son los famosos radicales libres.
La función del exposoma
Mucho depende de cómo reaccione cada mujer, en función de su exposoma es decir, el conjunto de factores internos y externos a los que estamos expuestos desde que nacemos, y que producen en cada cuerpo reacciones químicas tales como el sudor, la sequedad, el enrojecimiento, el cansancio…, que en cada sujeto serán distintas, pero, en pocas palabras y a nivel general, el cuerpo de la mujer se va envejeciendo más aceleradamente a nivel celular, a nivel biológico. Podemos parecer jóvenes por fuera, pero cada vez, las mujeres se sienten más cansadas incluso recién despiertas, están más expuestas a riesgos vasculares, la piel y el pelo están más secos, tardan más en recuperarse al hacer deporte, la mujer se quema más rápidamente al sol y salen las famosas “patas de gallo”, etc.
Biow, compañía española de biotecnología
Biow, compañía asturiana de biotecnología que apuesta por la investigación biomédica para mejorar la calidad de vida de las personas a través de la respiración, cuenta con un equipo biomédico pionero en España dirigido por el doctor Enrique Caso, experto en medicina molecular, junto con el grupo cROS (Respuesta Celular al estrés oxidativo) de la Universidad de Oviedo, que focalizan los estudios y ensayos clínicos en los procesos del estrés oxidativo, la cátedra de medicina regenerativa avanzada de la Universidad Católica de Murcia, que desarrollan modelos experimentales de envejecimiento y regeneración celular y la cátedra de medicina preventiva de la Clínica Universidad de Navarra.
Estudios que se traducen en las CRU (Celular Regeneration Unit) de Biow, un dispositivo biotecnológico de diseño avanzado, que emite bajas concentraciones de iones de oxígeno cargados negativamente, libres de nanopartículas, biológicamente activos sea donde sea, casa, trabajo, hospitales... Básicamente estos iones de carga negativa, suelen ser creados en la naturaleza, en entornos que todos identificamos como “sanos”, tales como una catarata, una cala marina salvaje o un bosque húmedo por la lluvia.
Los dispositivos de Biow transmiten estos electrones a través de un flujo laminar de aire enriquecido, facilitando su absorción directa en el torrente sanguíneo a través de los pulmones y la piel.Los dispositivos de Biow transmiten estos electrones a través de un flujo laminar de aire enriquecido, facilitando su absorción directa en el torrente sanguíneo a través de los pulmones y la piel, sin bacterias, sin virus, sin nanopartículas tóxicas. Su objetivo es aminorar el estrés oxidativo con carácter preventivo y aportar un efecto coadyuvante favorecedor de la regeneración celular. El bioecosistema generado por Biow previene el riesgo de enfermar por estrés oxidativo, sobre todo cuando las defensas antioxidantes propias (endógenas) no consiguen una protección adecuada, lo que ocurre en esta etapa de la vida de la mujer.
Por lo tanto, una exposición prolongada a este espacio regenerativo creado por los dispositivos Biow, por ejemplo, durante la noche, mientras dormimos, son un aliado perfecto para paliar el estrés oxidativo producido, sobre todo, durante la fase del climaterio, como consecuencia de esa disminución de estrógenos que hace que el cuerpo “queme” una gran cantidad de energía y pierda la capacidad para producir hormonas (cansancio), folículos (pelo) y ovocitos (sequedad vajinal). Biow suple la alta demanda de energía y la disfunción de las mitocondrias que conlleva el envejecimiento acelerado en la mujer menopáusica evitando una mayor sensibilidad a la degeneración celular de la mujer.