Botox, la joya de la corona

No es ni la primera ni será la última vez que oímos hablar sobre estas sustancia 'mágica', pero ¿sabemos todo acerca de ella?

¿Qué hay que saber y que es lo que desconocemos todavía del botox? El borrador de arrugas.

Pero aún hay más, ¿cuáles son las creencias populares y erróneas con respecto al mismo? Porque es cierto que el botox, toxina botulínica, no solo es la joya de la corona de la medicina estética, sino que algunos usos inadecuados de esta especialidad han dado paso a ciertas afirmaciones erróneas, incluso, podríamos decir, descabelladas, y que han formado a pasar parte del ideario popular, a pesar de su falta de evidencia y rigor científico.

El Dr. Antonio Licitra y la Dra. Carmen Martín, ambos especialistas en Medicina Estética y creadores de técnicas de referencia como la rinomodelación, plasmafrecuencia o arcolift (hilos tensores) nos van a descubrir todos los secretos del botox.

8 preguntas con respuesta

1) Su definición más precisa.
“Mucha personas hablan del botox pero pocas saben qué es. Se trata de una sustancia química, una proteína purificada que se aplica mediante micro inyecciones para atenuar y eliminar tanto arrugas como líneas de expresión. Áreas como la frente, el entrecejo, las patas de gallo, el surco nasogeniano, la comisura de los labios o el contorno facial son la favoritas para este tipo de neurotoxina, ya que paraliza los músculos deseados para así prevenir y no profundizar los signos del envejecimiento", explica el Dr Licitra, director de la clínica Med Estetic.

2) ¿Si hablamos de botox hablamos de toxicidad y pérdida de sensibilidad?
Esta es una duda que genera muchos miedos. Desde luego que no, la toxina botulínica debe ser siempre aplicada por médicos profesionales del sector, tras haber realizado un diagnóstico personalizado al paciente, tanto de sus necesidades como objetivos. Siempre y cuando se utilicen las medidas y dosis adecuadas no existe ningún peligro”, aclara la Dra. Martín Marcos.

3) También se usa con otros fines no solo estéticos, sino de salud.
La doctora Marcos también nos añade ciertos datos referidos al uso de la toxina botulínica en otros tratamientos de distinta naturaleza a la belleza. “No solo se limita a objetivos estéticos, con la toxina botulínica podemos tratar patologías de salud como la sudoración excesiva (axilas, palmas de las manos o planta de los pies) especialidades neurológicas, oftalmológicas; evitar la pérdida de cabello si se inyecta en el cuero cabelludo, mejorar la calidad de vida de mujeres con incontinencia e incluso patologías de la ATM (articulación temporo-mandibular) como es el bruxismo”.

4) ¿Duele?
El doctor Licitra, responde: "Los pacientes apenas sienten dolor (depende de cada persona) pero la mayoría lo describen simplemente como una pequeña molestia. Para aquellos que tengan el dolor del umbral muy bajo existe la posibilidad de usar anestesia local o compresas frías para aliviar la molestia, siempre molestia", reitera.

5) ¿Veremos efectos inmediatos y permanentes?
Los efectos se ven de manera progresiva, tras 48 horas después de su aplicación, alcanzando su máximo entre los días 11-14. Los resultados son temporales. Su duración varía en función de cada persona pero en líneas generales podremos disfrutar de los efectos durante 4 a 6 meses.

6) ¿Qué hay de los efectos secundarios?
En algunos casos y no es muy frecuente la aplicación de botox puede llegar a producir enrojecimiento e incluso moretones pequeños. A día de hoy no hay evidencia de que haya producido ningún tipo de alergias, aclara Licitra.

7) ¿Existe una edad ideal para empezar con el botox?
La especialista, Carmen Martín nos cuesta como a día de hoy gran parte de la sociedad no entiende el uso del botox preventivo, cuando escuchan que una persona joven se ha sometido a este tipo de tratamiento sigue alarmándose. Todo paciente que comienza el tratamiento como prevención para la aparición de arrugas, con el tiempo necesitará menor cantidad de inyecciones y por lo tanto conseguirá un resultado más natural retrasando a su vez la aparición de arrugas. El botox no es adictivo como tal, lo que sí que es cierto es que quien lo prueba suele repetir por el hecho de verse mejor. Por lo tanto pensar que es únicamente un tratamiento exclusivo para pieles maduras es un error.

8) El botox no es un relleno.
Según palabras de la propia doctora Martín, “otro de los grandes falsos mitos es que rellena, pero el botox, no lo hace, ya que se trata de un modulador de la acción muscular, que no rellena, reitero, sino que frena la progresión de las arrugas dinámicas a través de la relajación de los músculos". Por su parte, el doctor Licitra, afirma: "Con el botox se pretende mejorar la versión de uno mismo y no perder la naturalidad. Si se aplica de manera coherente, controlada y por manos de profesionales no existen alteraciones en la expresión facial”.