La hiperhidrosis, o exceso de sudoración, es un trastorno producido por una alteración del sistema nervioso vegetativo que produce más sudor del necesario para regular la temperatura de nuestro cuerpo. Este problema, que afecta a un 3% de la población, conlleva inseguridad, falta de confianza, estados de ansiedad y estrés, condicionando las relaciones sociales de las personas que lo padecen e impidiendo el desarrollo natural de las actividades cotidianas.
Y es que hay hombres que no pueden quitarse la chaqueta ni en el más caluroso de los veranos y mujeres que ven imposible elegir determinados colores o telas en sus vestidos. Aunque hay grados y causas de sudoración excesiva, para los afectados, intentar normalizarlo es una máxima que se persigue con un interés cada vez más frecuente.
Las causas de la aparición de este trastorno son diversas pero normalmente se manifiesta en zonas localizadas como axilas, palmas de las manos, plantas de los pies y frente. Para eliminar el exceso de sudor, la Clínica Planas y Planas Day Madrid recomiendan la toxina botulínica como la única alternativa no quirúrgica que consigue interrumpir la hiperactividad de las glándulas sudoríparas. El producto se infiltra en la zona afectada a través de una aguja extremadamente fina que actúa bloqueando las terminaciones nerviosas simpáticas, responsables del estímulo de las glándulas sudoríparas.
Tratamiento de la hiperhidrosis con toxina botulínica
Popularmente conocido por su efectividad para disimular las arrugas y líneas de expresión, la toxina botulínica, desde hace más de 10 años, también se emplea para combatir los problemas de sudoración en exceso, con resultados muy efectivos. Se trata de una técnica rápida, eficaz e indolora que se realiza en la consulta del médico de forma ambulatoria.
La realización del tratamiento con toxina botulínica no requiere de baja laboral y, una vez finalizado, el paciente puede reincorporarse con total normalidad a su vida cotidiana.El tratamiento en la zona de la axila no requiere anestesia y con pocas infiltraciones podemos conseguir reducir considerablemente la sudoración en esta área. La realización del tratamiento no requiere de baja laboral y, una vez finalizado, el paciente puede incorporarse con total normalidad a su vida cotidiana.
Los resultados se observan de forma progresiva a los pocos días de la aplicación de la toxina botulínica, y los efectos pueden durar entre cuatro meses y un año, dependiendo de la zona y las características particulares de cada caso -la duración media en hipersudoración axilar, por ejemplo, es de 7 meses-. Se recomienda el mantenimiento anual, aunque existe la posibilidad de que en algunos pacientes, con pocas sesiones, la eliminación del exceso de sudoración sea definitiva.