Las ondas de choque se vienen realizando desde hace más de veinte años con fines médicos en campos como la urología, la cardiología o la dermatología. Sin embargo, tiempo después se descubrió que eran muy efectivas contra la celulitis, ya que mejoraban el estado y la textura de la piel.

La función de las ondas de choque radiales es la de alisar la textura de la musculatura y drenar hacia el canal linfático los desechos cutáneos. A través de ellas se logra la rotura parcial de los nódulos de grasa responsables de la celulitis y de la denominada "piel de naranja".

Mediante vibraciones o impulsos generados desde el cabezal del manípulo transmiten una onda a través del cuerpo que atraviesa todas las capas de la piel hasta llegar a donde se encuentra la celulitis. A través de estas ondas se logra la rotura parcial de los nódulos de grasa. Además, con estas vibraciones también se consigue una mayor activación de la circulación y del drenaje de la zona, así como aumentar el ritmo del metabolismo, lo que favorece la eliminación de las grasas acumuladas.









Recomendamos